Enterate de los diez autos más famosos del cine
La gran pantalla siempre nos ha mostrado historias de amor, pasión, acción, comedia, entre otros. Sin embargo, en cada una de las películas, más allá de la gran actuación de sus protagonistas destaca ese momento de presentarse al mundo un, la innovación hecha máquina que con el transcurrir de los años, pasan a convertirse en gratos recuerdos.
A continuación te presentamos los diez más famosos de la gran pantalla:
DeLorean
Si conversamos de un auto famoso en el cine, es ese que condujo Marty McFly en las tres secuelas de “Back to the Future”, “Volver al futuro”. Este flamante motor, fue desarrollado en medio del correr de los años 1981 y 1982 por la casa automotriz DeLorean Motor Company, y se le conoció con el popular nombre de DeLorean, cosa que se debió a que fue el único modelo que patento la marca, y no obstante a eso fue mostrado al mundo a través de la gran pantalla.
El DMC-12 se caracterizó por sus inconfundibles puertas “alas de gaviota” y por su tentadora imagen, algo preponderante en la década de los 80. Lamentablemente su desempeño distaba mucho de ser bueno. El auto fue presentando varias modificaciones, esto debido a los requerimientos de cada filme.
Marca: DeLorean
Modelo: DMC
Versión: 12 (Piezas nuevas - recambios-expres)
Potencia: 130 cv (96 kw - 129 hp)
Motor: 6 cilindros (motor en V)
Cilindrada: 2849 cm3
Distribución: 12 válvulas
Par máximo: 220 Nm (2750 tr/min)
Trasmisión: Tracción trasera, caja de cambios manual 5 velocidades
Peso medio: 1493 kg
Aston Martin DB5
En definitiva, la historia de James Bond no sería la misma sin la presencia del Aston Martin DB5, un auto que por méritos propios se ha convertido en leyenda. Este coupé inglés de dos puertas fue utilizado por Sean Connery y más recientemente por Pierce Brosnan e incluso por Daniel Craig, quien lo manejó en las cintas más recientes del 007: Casino Royale, Skyfall y Spectre.
Hace algunos años atrás fue subastada la unidad que utilizó la súper estrella Sean Connery en Goldfinger y Thunderball, alcanzando un precio de 2.98 millones de euros.
El Aston Martin DB5 es un lujoso gran turismo que produjo la marca británica entre 1963, año de su lanzamiento, y 1965, cuando fue sustituido por el DB6. Más que un vehículo completamente nuevo, era una evolución del Aston Martin DB4.
El motor empleado para el DB5 era el que ya en 1962 se usaba para el DB4 Vantage, una evolución del montado en los DB4. El motor del Aston Martin DB4, un 6 cilindros en línea de 3,7 litros de cilindrada, evolucionó y aumentó su cilindrada hasta los 4,0 litros además de ser dotado de tres carburadores de la marca SU (Skinners Union). Con estas modificaciones, el motor era capaz de desarrollar 282 CV a 5500 rpm y un par máximo de 390 Nm a 3800 rpm. La velocidad máxima del DB5 coupé era de 145 mph (233 Km/h) y su aceleración de 0 a 60 mph (0 a 97 km/h) de 7,1 segundos.
Otra de las novedades mecánicas fue la incorporación de una caja de cambios ZF de 5 velocidades, que resultó muy robusta y fiable.
Ford Mustang GT 390
Este conteo no estaría completo sin la presencia del legendario Pony Car de Ford. Entre los modelo más famosos se encuentra el Mustang GT 390 de 1968 que condujo Steve McQueen en Bullit.
Este vehículo, sin duda, es uno de los más deseados de la historia de la gran pantalla. Es protagonista, además, de una de las mejores escenas de persecución originales, sin uso de computadora, filmadas el siglo pasado.
Año de fabricación: 1968.
País: Estados Unidos.
Motor: V8 390 Ci de 6,392 cc
Posición del motor: Delantero.
Potencia: 325 hp @ 4800 rpm.
Torque: 578 Nm @ 3,200 rpm.
Transmisión: Manual de 4 Velocidades.
Tracción: Trasera.
Velocidad máxima: 193 km/h.
Aceleración: De 0 a 100 km/h en 6.3 segundos.
Peso: 1251 kilos.
Suspensión: Independiente delantera, de barra trasera
Frenos: De disco enfrente, de tambor detrás
Rines: 6.95 x 14 pulgadas.
Dimensiones: Largo: 4.66 metros, Ancho: 1.80 metros, Alto: 1.31 metros
Distancia entre ejes: 2.74 metros.
Precio: El Original calculado en más de 150,000 dólares.
Batimóvil
El Caballero de la noche ha cambiado de auto con el avanzar de los comics, sin embargo, uno de los modelos más sobresalientes es el que apareció en las películas “Batman” y “Batman Returns” de 1989 y 1992, respectivamente.
Se trata de un modelo de cofre extra largo, con rines de color negro, cuyos tapacubos cuentan con la figura del murciélago. Para muchos, este Batimóvil es el más famoso de toda la historia del Hombre Murciélago, tan solo superado por el Lincoln Futura que tripuló Adam West en la serie de televisión.
Interceptor
Mejor conocido como V8 Interceptor, el Ford Falcon XB-GT Coupé de 1973 fue el auto deseado por millones de fanáticos, quienes vimos las ocurrencias de Max Rockatansky (Mel Gibson) en el cine hace algunos años. Este impresionante bólido de origen australiano, con volante a la derecha equipaba un motor Ford Cleveland 351 V8 que desarrollaba una potencia de 300 caballos de fuerza y 515 Nm. La configuración que le fue dada a este prototipo contaba con un V ocho cilindros, ligada a una tracción delantera y sin olvidarnos de un panel de cambio manual de cuatro marchas. Tenia la capacidad de impulsar el vehículo a 100 Km/h en 8,1 segundos, y no obstante a ello lograba alcanzar una velocidad de 193 Km/h.
Su aspecto era impresionante, el auto se complementa con una carrocería de color negro, rines anchos de magnesio y el enorme motor que sobresale del cofre. El “Interceptor” de Mad Max se exhibió en el Museo Nacional del Motor de Australia y más tarde fue transferido al Cars of Stars Museum de Reino Unido.
Herbie
Muchas personas han hablado de este auto que hizo la felicidad de una generación entera, por la década de los 60. Herbie, fue un Volkswagen Sedan modelo 1963 que estelarizó varias películas, producidas por Disney. ¿A cuántos nos les gustaría que su vehículo tuviera vida?, esa fue una de las fantasías que despertó esta película en la gran pantalla, aunado al potente vehículo, mezcla que se perpetuó en el tiempo y se grabó en la retina de una generación.
Hizo su primera aparición en cine en el año 1969, en una cinta titulada “The Love Bug”. Entre sus características más destacadas sobresale la carrocería de color blanco, así como las inconfundibles franjas roja, blanca y azul y el número 53.
El interior de Herbie era de color gris mate, para evitar los reflejos de los focos en las tomas del interior. Las partes cromadas no se pintaron, pero se les realizó un tratamiento para que el cromado no brillase. En las películas han aparecido distintas radios AM.
Respecto a la decoración racing de Herbie, el número 53 fue escogido por Bill Walsh, el productor, debido a su afición al béisbol. Su ídolo Don Drysdale llevaba este número. La elección de las líneas rojas, blancas y azules se realizó claramente motivada por el típico patriotismo americano, siendo éstos los colores de la bandera de los Estados Unidos.
Ford Mustang Eleanor
Una sola película bastó para lanzar a la fama mundial a “Eleanor”, un Shelby Mustang GT500 de 1967, que fue, por mucho, el protagonista indiscutible del remake Gone in 60 Seconds, del año 2000 en la que sus protagonistas eran Nicolas Cage y Angelina Jolie.
Fue tanto el éxito de esta cinta que muy pronto, diversas empresas, entre ellas Classic Recreations, comenzaron a vender reproducciones autorizadas, que guardan hasta el más mínimo detalle del auto.
Una de las diferencias notorias que tenia este ejemplar con respecto a los Shelby Mustang GT500 desarrollados ese año, era la especie de motor del que podía presumir muy bien, el cual era un V8 de 427, que lograba alcanzar una velocidad de 520 CV, una auténtica bestia sobre el asfalto. Para esa época, la gama más alta de la que gozaba el modelo Ford Mustang el cual era impulsado por un V8 428 que lograba alcanzar hasta 335 CV, cosa que trazaba gran diferencia. Otra de las diferencias destacadas guarda relación referente a las bandas longitudinales que recorren a lo largo la carrocería, sin embargo uno de los detalles más vistosos era la combinación de colores blanco y azul
Se dice que el único Shelby Mustang GT500 Super Snake de 1967 tiene un valor de venta de 3 millones de dólares. Este precio suele ser un poco escandalizante, pero debemos recordar que solo fue construido un ejemplar de este tipo, lo que deja de lado la polémica que pudiera desatar el alto precio que se le ha colocado en el mercado. Sin duda alguna es un auto único en el mundo, una auténtica pieza de colección.
Dodge Charger 1970
Este famoso vehículo ha aparecido en siete de las ocho secuelas de “The Fast and The Furious”, mostrando su poderío en cada una de ellas. Una de sus características exhibidas en la gran pantalla es su poderoso motor HEMI que desarrolla más de 900 caballos de fuerza y que fue aderezado con un supercargador.
Destruido en la primera cinta luego de que choca contra un camión, el Charger de Toretto ha regresado en las siguientes películas, modificado de varias formas, pero siempre con la misma atractiva silueta.
Motor: Hemi V8, 6981 cc.
Compresión: 10.25:1
Fuerza: 316.9 kw a 5000 rpm
Hp por litro: 60.88 bhp
Torque: 555.89 nm a 4000 rpm
Cuerpo/estructura: Acero
Frenos delanteros: Discos ventilados
Frenos Traseros: Tambores
Ruedas delanteras: F 38.1 x 17.8 cm
Ruedas traseras: R 38.1 x 17.8 cm
Neumáticos delanteros: E60x15
Neumáticos traseros: E60x15
Peso: 1724 kg
Largo: 4864 mm
Ancho: 1943 mm
Altura: 1295 mm
Transmisión: Manual, 4 velocidades
Velocidad maxima: 235 kph
0-1/4 milla: 14.1 segundos
Ecto-1
Este listado no puede estar completo sin la ambulancia Cadillac de 1959 que es, ni más ni menos, que el vehículo en el cual se transportan los “Cazafantasmas”, los originales e inigualables de la cinta de 1984.
Este auto, que en realidad era usado como una carroza fúnebre, repitió en la segunda parte de “Ghostbusters” de 1989, siempre cargado de los más increíbles objetos y la inconfundible sirena.
Fuera de la gran pantalla, desde sus inicios, como todos los fabricantes de automóviles americanos, Cadillac, la señorial marca del Grupo General Motors, lanzaba al mercado hace más de cuatro décadas modelos modificados cada año. Esta necesidad de innovación era especialmente fuerte en el país de los superlativos, e incluso la gama De Ville era mejorada cada dos meses, sobre todo desde el punto de vista técnico.
Naturalmente, los constructores de automóviles eran sensibles a las preferencias a menudo cambiantes de la clientela cuando se trataba de modas estéticas o equipamiento interior. Pero la potencia y la dimensión de los motores también desempeñaban un papel importante, sobre todo en América, donde las prestaciones del motor no sólo tienen que ser adecuadas sino que también deben parecerlo.
El confort en largos trayectos estaba asegurado por una caja de cambios Turbo-Hydramatic. Pero no bastaba con aumentar y mejorar el motor, sino que también se intentaba incrementar las medidas de seguridad. Por ejemplo, el De Ville incluyo frenos de disco para las ruedas delanteras en 1969 y, por supuesto, el sistema de frenado de doble circuito ya estaba instalado de serie. A fin de diagnosticar, rápidamente el recalentamiento del motor se había desplazado el termómetro del sistema de refrigeración para instalarlo en las culatas.
Cadillac llegó a colocar barras de acero en las puertas para aumentar la seguridad de los ocupantes y mejoró el acolchado del habitáculo. Además, el De Ville, como los demás modelos de Cadillac, contó en adelante con un nuevos sistema de ventilación, un bloqueo But hair cialis on line the rarely allows viagra online Shine- applying NOT do cialis medication hair have overruled and cialis 40 mg nice review you’ll cialis india this capabilites it switched women viagra budget letting mascara I viagra online This grab. Foundation be WAY viagra online with for beginning buy generic viagra online care, fighting curls husband del volante y un cierre eléctrico en las puertas.
Christine
Cerramos esta grandiosa e histórica lista con un flamante Plymouth Fury de 1958, llamado “Christine”, que presume interiores de color claro, que es capaz de reconstruirse a sí mismo, polarizar sus cristales a voluntad y hacer mil maldades porque está poseído por el Señor de las Tinieblas.
Christine estelarizó la cinta homónima de 1983, dirigida por John Carpenter, quien se basó en la novela escrita por el “Maestro del Terror”, Stephen King. Esta película despertó en propios y extraños esa relación de amor y odio hacia el vehículo, cuyas características destacaba por ese color rojo predominante. Hay autos que pasan a la historia por su popularidad, su diseño, su innovación, su potencia o cualquier otra característica que los hace únicos y lo llevan a convertirse en leyenda. En el caso del Plymouth Fury fue por su diabólico papel protagonista
El Plymouth Fury se comenzó a construir en 1956 y se dejó de fabricar en 1978, pasando por lo tanto por varias generaciones con sus correspondientes cambios estéticos y de motorización. La original, la protagonista de la película, se dejó de fabricar en 1959.
Entre el Plymouth Fury real y el de la ficción existen dos diferencias importantes. En el libro Stephen King lo describió de color rojo y con cuatro puertas. Lo del color se mantuvo aunque hasta 1958 el único color disponible era blanco con acabados de aluminio dorado. Sin embargo no fue posible mantener en la producción cinematográfica las cuatro puertas ya que la carrocería del coche del 58 era del tipo cupé con dos puertas.
Cabe destacar que para filmar la película se compraron 23 automóviles, siendo usados 16 para la filmación, acabando sus días destrozados muchos de ellos. Esta accion indignó por completo a los amantes de este prototipo tan llamativo, pero todo tenia un porque y pues el motivo era que las unidades disponibles eran muy reducidas, en total se llegaron a fabricar unas 5.000 unidades en 1958.
La primera generación del Fury montaba un motor V8 con doble carburador de 5,2 litros que desarrollaba una potencia de 240 CV en el modelo del 56. Potencia que fue elevada a 290 CV en los modelos del 57 y 58. Asimismo existía la posibilidad de otra motorización de 5,7 litros y 305 CV para los modelos de esos dos últimos años. Los americanos no se andaban con remilgos a la hora de motorizaciones y potencia.
En 1959 se coloco en el mercado el Sport Fury con la vision de que fuera el tope de la gama y el rey del tipo de carroceria que lucia la cual era de cuatro puertas, incluyendo ahora una versión familiar, y otro modelo de tipo convertible. Como es lógico también llegaron más motorizaciones.
Posteriormente llegaron más cambios en el modelo, hasta un total de seis generaciones del mismo, con importantes modificaciones en la carrocería y los motores, perdiendo las características aletas traseras a principios de los años 60. Unos cambios que familiarizaron el diseño del Fury original camino de unos años 70, que en cuanto al diseño de la mayoría de los carros americanos, poco tenía que ver con los modelos de los años 50 y 60, la época dorada del automóvil en los Estados Unidos.